6.27.2008

interferencia en mi cabeza...


Ilustración de Rafael Echeverría

Abro lentamente los ojos para evitar sentir un gran vacío si al abrirlos ya te has marchado lejos sin intención alguna de volver a mi lado, me miento a mí misma negándome al amor, diciéndome que no te extraño entre mis sábanas en las solitarias noches en las que te siento lejos, intento creer en mis mentiras, mentiras por las que he de pagar en tiempos de senectud, pero ante la febril juventud que invade momentáneamente mi alma parecen importar poco las cuentas que me pedirá la vida en unas cuantas décadas. A pesar de mi empeño, parece traicionarme nuevamente la sensibilidad de mi espíritu, una vez más se ha quebrado mi voluntad ante la dulce mirada de tus ojos, he quedado silente e inmóvil frente a ti, con el orgullo atolondrado y corazón frágil con aires adolescentes que se agita ante tu presencia.

Me recuesto intranquila sobre tu hombro y recuerdo por qué te necesito cerca, por qué anhelo tus besos cuando no estás a mi lado, por qué encuentro sosiego en el perfume que deja escapar tu cuerpo y de pronto recuerdo que ante el estrépito de la ciudad, tu voz adentrándose en mis oídos es lo único que logra calmar la ansiedad que corroe mi ser en las noches taciturnas que a veces me parecen tan eternas, esas noches que incluso siendo de juerga se tornan agrias cuando sale el sol y la melancolía me encuentra, esas noches en las que bailo hasta convertirme en una extraña entre la música, y bajo las luces de la pista finjo serlo incluso para ti.

entre tacones...


Ilustración de Rafael Echeverría

Mis tacones quebraron el silencio que invadía aquel lugar en el que prostitutas y vírgenes se reúnen para mitigar la pesadumbre de los días funestos que tanta aflicción producen en sus almas, en donde nada parece fuera de lo ordinario al enviciar lo ya corrompido por la vida misma, ¿es acaso la cuna del pecado? Se preguntan los muy devotos a la hipocresía, más bien el lugar donde las almas encuentran serenidad entre los vicios que se ha creado el hombre para sí mismo, lugar donde el amor se esconde temeroso bajo la insaciable lujuria en el crepúsculo de la noche. El lugar donde no se permite pensar de manera deplorable acerca de lo que se es, en donde lo desgastado de las ilusiones no se siente como una despreciable cicatriz, sino que simplemente deja de importar. 
Tomo asiento frente a los espejos y me detengo a contemplar la manera en que se filtran los primeros rayos de sol por las cortinas, mientras disfruto de mi último porro de la noche y pienso nuevamente ¡Maldita seas mañana! Has encontrado una vez más nuestros rostros en la oscuridad de nuestra guarida, te has llevado lejos lo desmesurado de nuestros actos y has traído contigo a la cordura y sensatez que habíamos olvidado a lo largo de la noche entre tragos de ginebra y whisky, pero nuevamente has dejado en algún lugar remoto a aquel ser que constantemente y sin descanso alguno, cruelmente disturba mi existencia, consternándome así, día y noche.


6.22.2008

días de olvido...

Ilustración : Rafael Echeverría

Es en días como este cuando dejo de pensar en lo fatídico que puede resultar el hecho de que la distancia entre nosotros se haya convertido en un gran trecho imposible de cruzar, es en días como este cuando tu perfume entre las revueltas sábanas de mi cabeza no me resulta perturbador, y es que entre lo vano que pueden resultar los argumentos de tus labios mentirosos sobre mis incrédulos oídos y la superficialidad que invade nuestras conversaciones de sobre mesa, prefiero los silencios incómodos que nos invaden ocasionalmente.

En días como éste, tu mirada extraviada se ve con más claridad entre mis vagos recuerdos y encuentro sentido en el por qué de la mordacidad de mis pensamientos en un pasado no muy distante, entretanto intento recordar con nostalgia cómo fue que llegamos hasta aquí y es entonces, cuando entre tanta especulación y añoranza me doy cuenta de que irremediablemente te convertirás en un retrato melancólico que colgaré sobre mi efímera memoria, y así dejaré marchitar tus besos en el frío invierno del olvido, que atónito retumbarás cual estruendo en lo oscuro de mi alma, mientras tu recuerdo se inquieta al saber que morirá entre lágrimas aquella noche, cuando seas eco que se desvanece lentamente en lo más profundo de mi corazón, y de manera perpetua te llevaré  entre mi piel cual dolorosa cicatriz después de haber sentenciado a mis labios a nunca más repetir tu nombre.





6.16.2008

conversión de mis sentidos...

                           por nOri



No respires, guarda silencio por un momento, que dejaré que mis sentidos pierdan noción alguna de su función para así disfrutar del penetrante olor a menta que desprenden tus verdes ojos, probar el delicioso azul del cielo que se asoma entre las nubes, tocar el suave aroma de la lluvia que rodea mi ventana, observar elevarse entre humo la melodía de mi canción favorita y escuchar entre la gente las luces que caen sobre mi rostro.

Mystic pirate...


por
             Rafael Echeverría


No one notice she is no longer a little girl,
no one knows she is a mystic pirate,
the most wanted in the seven seas,
the most hated in her far away home port,
the lonely pirate sails at night,
with nothing more than her broken hearth,
she walks slowly on her wooden leg,
while the sun is burning her skinny face.
The eye patched lady seems so tender,
but don´t get fool by her fancy dress,
beware of her if you are lucky enough to find her,
because even travelling the seven seas,
you won´t meet a more fierce creature across the sea.